Las prisas, el ruido, el exceso de trabajo o de cualquier otra cosa… producen estrés: un estado bastante incómodo que se agarra al pecho, con el que se tiene la sensación de ir a toda velocidad, como si nuestros asuntos, por mantener tal actitud, fueran a finalizarse antes. O bien tu corazón termina estallando, o lo haces tú, frenando esa vorágine absurda (esto debiera ser lo más adecuado: al menos sigues viviendo). Si los demás necesitan llevar un cohete metido en su trasero, ése es su problema. El tuyo es mantener la calma… Reivindica tus derechos and be happy…